Colisionan las estrellas de Andrómeda
en ese parpadear primigenio
del que estoy siendo testigo.
Mientras descubro que la eternidad no se hace suficiente para contemplar tus ojos
las ampollas en mis pies,
incandescentes,
evocan océanos de fuego por los que me llevaste a andar
y no lo sabes.
Tu pupila oscura, una taza de café en una prolepsis,
para presentarte estos versos
como una ofrenda a Asteria
y quizás,
con ninguna certeza más que el deseo,
(logren ser) de tu agrado,
y Hubble pose su mano en mi hombro
celoso
al ser testigo de la expansión del universo.
Predicción; la relatividad consumido en la pareidolia
cuando tus ojos se choquen en los míos
como un cuadro de Dalí.
Hay en tu iris un asomo de soles,
de gigante roja, nebulosa.
Hay en tu mirada una estrella masiva,
supergigante,
supernova y agujero negro
y me pierdo...
Acaso los telescopios de los que hablabas no miran al suelo
porque están viendo esto?
Cuestionamiento;
Será suficiente la arena de Morfeo para traerte a este sueño despierto?
Sabrá el día diferenciar el amanecer entre el asomo del sol y cada abrir de tus ojos?
Cuántos peldaños hay en la escalera a tu esclera clara de clima bueno?
Debo apagar la luz
volver a la realidad
dejar de ser polvo estelar
dejar de verte en el celular.
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